En los últimos tiempos se viene diciendo que la leche es perjudicial para nuestro organismo.
Así, muchas personas han hecho campaña sobre este tema para que quitemos a este alimento de nuestra dieta, aludiendo que somos los únicos mamíferos que bebemos leche durante toda la vida.
La leche aporta una gran cantidad de calcio, proteínas, energía y nutrientes necesarios para un recién nacido, pero no por eso tiene que ser exclusivo para ellos.
Justamente al aportar una gran variedad de nutrientes la hace estupenda para consumirla a cualquier edad. Y no solo ofrece proteínas, sino una cantidad de minerales y carbohidratos que no son tan fáciles de encontrar en otro alimento.
Los componentes de la leche se consideran como proteínas de alta calidad nutricional, fundamentales en nuestro organismo ya que aportan los aminoácidos esenciales, aquellos que nuestro cuerpo no puede sintetizar.
¿Existe otra alternativa para reemplazar la leche?
Muchos son los que apuestan por las leches vegetales como la soya o soja, avena, almendras, coco, entre otras.
Aunque sean saludables beber estas alternativas, el contenido de proteínas en ellas es inferior, y carecen del calcio y vitamina D que puede aportar la leche.
Además de ello, a muchas de estas leches alterntivas se les añade azúcar, con lo cual beberlas mucho y a menudo puede ser dañino.
Nuestro cuerpo absorbe las proteínas de la leche con mucha facilidad. Si ingerimos tres porciones de lácteos al día obtendremos entre un 65% y un 75% de calcio, la cual es una cantidad recomendada, y también nos aporta minerales como potasio, zinc, fósforo y magnesio.
¿Leche desnatada, sin lactosa o entera?
La leche desnatada y sin lactosa ha ganado popularidad en lo que va de siglo, y con ello se nos ha hecho creer que beber leche entera puede ser perjudicial para nuestra salud.
Es verdad que el 70% de la leche contiene grasas saturadas, pero el 11% de ellas tienen cadena corta, lo que significa que se digieren con facilidad.
La grasa de los lácteos es recomendable para nuestro organismo porque ayuda a la coagulación, el control de la presión sanguínea y los procesos inflamatorios.
Estos ácidos grasos, nuestro cuerpo no puede fabricarlos a partir de otras sustancias, por tal motivo es recomendable consumirlos en nuestra dieta.
A pesar de que muchos guías nutricionales aconsejan consumir productos lácteos bajos en grasas, los estudios más recientes han aclarado que la grasa de los lácteos no es perjudicial para nuestra salud cardiovascular.
Al contener ácidos grasos de cadena media y corta se utilizan como fuente de energía rápida, así no se acumulan en el tejido, por lo cual no hay riesgo de niveles de colesterol en la sangre.
A ello se suman las vitaminas liposolubles que contiene la laeche: A, D y E.
En una persona que no es intolerante a la lactosa, la leche no es dañina para la salud; y para aquellos que son intolerantes a la lactosa en productos como yogurts y quesos, su presencia es mínima, por lo que se pueden consumirla sin ningún riesgo.
En conclusión, la leche y sus derivados contienen una gran cantidad de calcio, proteínas de alta calidad y vitaminas, lo que la convierte en un alimento irremplazable.
Además, no es lo mismo un café capuccino con leche de vaca que con leche de soja.
Bien es sabido que los agricultores en España (y generalmente en muchas partes del mundo) no están pasando por un Leer artículo
¿Te has preguntado alguna vez qué es el cannabidiol (CBD) y cómo actúa en el cuerpo humano? ¿Has oído hablar Leer artículo
¿Estás en la búsqueda de la dieta para desintoxicación? Debes saber, ante todo, que para ese objetivo debes trazarte una Leer artículo
¿Has escuchado hablar de la torta de especias? Las tortas son un postre delicioso e ideal para acompañar con el Leer artículo