Actualmente, en nuestro sistema solar, tenemos 8 planetas. Lo demás son considerados exoplanetas, como Plutón; o lunas como Europa o como nuestra propia Luna. Y después están los otros astros menores.
Existe una investigación que se realizó hace 20 años en la cual se especifica cómo sería y dónde podría encontrarse el noveno planeta.
El misterioso planeta 9 (conocido como Planeta X) ha logrado pasar inadvertido por todos los astrónomos. Si dicha conjetura es correcta, los científicos creen que este objeto podría ser descubierto en la siguiente década usando los telescopios actuales.
Descubrir un nuevo planeta en nuestro sistema solar no es tan sencillo
El descubrir un nuevo planeta es lo que más le atrae a un astrónomo. Sin embargo, no todos lo han logrado. Neptuno (antes concido como el Planeta Jorge) se descubrió por la colaboración de tres astrónomos en 1846, tras haber percibido que los demás planetas estaban siendo empujados gravitatoriamente por un cuerpo desconocido.
A pesar de ello, este descubrimiento no acabó con las inquietudes que tenían respecto a la existencia de otra masa, la cual era la causante de todo ello.
Por tal motivo, la búsqueda se extendió hasta el siglo XX y en 1930 encontraron a Plutón; y otra vez más, las inquietudes no terminaron puesto que este resultó ser demasiado pequeño.
Así, la búsqueda del Planeta X siguió en pie.
Pero después del viaje que realizó la sonda Voyager 2 en 1986 y 1987 a Urano y Neptuno, reveló que las irregularidades que se daban en las órbitas de dichos planetas no eran más que errores de precisión.
A causa de esta búsqueda incesante, los astrónomos encontraron en Mercurio unas características anómalas en su órbita, que les llevó a pensar que quien causaba aquello era un «planeta misterioso», al cual llamaron Vulcano.
Esta búsqueda paró cuando Einstein demostró que las particularidades orbitales de Mercurio las causaba nuestro Sol, cuya masa, al ser tan enorme, deforma el espacio-tiempo.
Señales del Planeta X
A pesar de tantos fracasos, los científicos han vuelto a encontrar señales misteriosas del planeta X. Ahora buscan un objeto muy lejano al que han llamado Planeta 9.
Konstantin Batygin, investigador del Instituto de Tecnología de California, y un grupo de colaboradores han dado a conocer una serie de pruebas que han sido recopiladas en las dos últimas décadas y en cuyo contenido se justificaría su búsqueda.
La investigación afirma lo siguiente: «Si el Planeta 9 existe, es posible que se descubra en la próxima década».
Y durante las dos últimas décadas se han descubierto una gran cantidad de objetos pequeños orbitando más allá de Neptuno. La mayoría de ellos tienen órbitas muy elípticas, los cuales son empujados hasta los límites del sistema solar.
El planeta 9 podría estar cerca del Cinturón de Kuiper
En la región conocida como Cinturón de Kuiper (los límites de nuestro sistema solar), se han localizado todos estos objetos, incluido Plutón. Y no sólo son cuerpos de rocas y hielo, sino que se han podido clasificar de acuerdo a sus patrones orbitales.
Al ser estos objetos demasiados pequeños, son fácilmente movidos por la gravedad de los planetas mayores, principalmente por Neptuno. Así, los astrónomos pueden fácilmente rastrear sus dinámicas gravitacionales. Esto ha dado una importante conclusión, el recorrido debe ser el efecto de las fuerzas ejercidas por planetas mayores.
La influencia que ejerce Neptuno es fácil de reconocer, el cual empuja y contrae a objetos pequeños. Hay una considerable cantidad de objetos trans-neptunianos que orbitan en resonancia con Neptuno.
Pero existe otro grupo mucho más pequeño, al cual se le conoce como «la población independiente», cuyos objetos muestran un comportamiento diferente. Algunos de ellos tienen órbitas retrógradas y otros trazan caminos que se inclinan drásticamente con respecto al plano del sol.
Neptuno no es el causante de tales comportamientos. Por consiguiente, la hipótesis de Batygin y su equipo de colaboradores acerca de la existencia del Planeta 9, el cual debe ser el responsable, cobra sentido.
Otra razón de su existencia es que estos cuerpos independientes, al parecer, forman grupos propios. Sus órbitas elípticas están muy alineadas, con lo cual se crea un efecto manada. Y esto también ayuda a la hipótesis sobre la existencia del Planeta 9.
¿Cómo sería el Planeta 9?
Se habló de la posibilidad que estos efectos gravitacionales fueran causados por una estrella enana que acompaña al Sol, cuya órbita se encontraría muy lejana. No obstante, los estudios infrarrojos causantes de buscar objetos de este tipo lo han descartado.
Asimismo, el Planeta 9 no puede ser del tamaño de Saturno, ni tampoco más grande, de lo contrario ya se habría observado un cuerpo de tal envergadura.
Teniendo en cuenta todas estas observaciones, Batygin y su equipo han vaticinado cómo sería dicho planeta y dónde debería ubicarse.
Para ellos, la masa de este planeta debe ser entre cinco y diez veces la de la Tierra, y su órbita en torno al Sol debe estar entre 400 y 800 veces más que la de nuestro planeta. También su órbita debe estar inclinada hacia el plano del sistema solar entre 15 y 25 grados.
Un cuerpo de este tamaño no será tan complicado de encontrar por la generación actual de telescopios que cuentan con cámaras de campo amplio, como lo son los telescopios de Chile y Hawai.
Por consiguiente, si este planeta X existe, es probable que se descubra dentro de una década. Así lo han detallado los investigadores.
O puede ser todo simple casualidad
Cabe destacar también que, a pesar de todo ello, también existe la posibilidad de que las extrañas órbitas de aquellos objetos se deban a una casualidad, una alineación al azar justo en el momento en que los astrónomos están observándolos.
Batygin y su equipo de colaboradores están conscientes de que esto pueda ocurrir, sin embargo, la probabilidad de que esto sea así es de 0,2%.
En conclusión, este es un gran reto para los astrónomos que ya han empezado en la búsqueda del tan ansiado Planeta 9, y aquel que lo descubra pasará a la historia.
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