La psicología explica que hay tres razones por las que las fake news o los bulos triunfan por delante de la verdad, y tiene que ver con los atajos cognitivos, las verdades asumidas como válidas y la búsqueda de refuerzos sociales.
Para los psicólogos, estos tres pilares son los causantes por los que las fake news consiguen tener un éxito, ya que con ello la persona siente que tiene la necesidad de desarrollar un pensamiento crítico.
Nuestra actualidad está llena de información, todo el mundo puede estar al día con lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. Sin embargo, no todas esas noticias provienen de fuentes fiables.
La información que existe hoy en día se está convirtiendo en un problema. En lugar de tener una población más culta debido al acceso de información que tenemos, sucede todo lo contrario. Vemos un titular, o escuchamos una información que sale de la boca de algún personaje famoso, y automáticamente le creemos, sin dudar que aquella persona pueda estar equivocada.
Y así es como damos existencia a las fake news nosotros mismos.
Nunca en la historia se ha tenido más acceso a la información, en un solo día podemos acceder a miles de contenidos a través de Internet. Pero, ¿a qué se debe que la desinformación se haya convertido en un problema mundial?
Las mentiras y los bulos en la red siempre van a estar presentes, y esto es normal debido a que no se tiene tiempo ni los conocimientos necesarios para poder evaluar con criterio toda la información que nos llega a diario.
En la actualidad estamos viviendo momentos muy alarmantes debido a la pandemia de la Covid 19, y en Internet han empezado a circular todo tipo de noticias, tanto verdaderas como falsas. La necesidad de encontrar una cura para este virus ha llevado a muchas personas a creer que con ciertas recetas caseras este desaparecería, nada más lejos de la realidad.
¿De qué manera una persona decide qué es verdad o mentira?
Atajos cognitivos
Existe un modelo llamado “Modelo de Probabilidad de Elección”, que explica que si se carece del tiempo, conocimientos o motivación, es cuando empezamos a procesar un mensaje utilizando “atajos cognitivos” (heurísticos), los cuales nos facilitan la tarea.
Un ejemplo de ello es cuando nuestro conocimiento sobre medicina es escaso. Al carecer de tiempo para contrastar un artículo sobre el coronavirus, por ejemplo, nuestra decisión de creer si es verdad o no lo expuesto en el texto, es evaluando la fuente del artículo. Analizamos si el texto es consistente con nuestra opinión previa sobre el tema, y también si otras personas ya compartieron el artículo.
Esta forma heurística de procesar información a través de atajos puede ser de utilidad dentro de un contexto recargado de información, con lo cual en ocasiones ayuda a deliberar de manera correcta.
Sin embargo, en la medida en que el uso de atajos prevalece sobre el escrutinio crítico de la información, la probabilidad de que aparezcan sesgos cognitivos es alta y será más fácil que nos cuelen un bulo.
El sesgo de confirmación
Según este sesgo, tendemos a considerar solo aquella información que se asemeja a nuestros pensamientos previos y descartamos aquella que contradiga nuestra forma de pensar.
Por ejemplo, si tengo una creencia establecida sobre los beneficios del agua, ya sean verdaderos o no, sin analizar con criterio esta información, será más fácil creer en cualquier mensaje y fomentar las fake news.
Para la psicología, este modo actuar es comprensible, puesto que nuestras creencias son los pilares de “nuestro edificio”, los cuales representan nuestra identidad. Por lo tanto, desafiar cualquier pensamiento haría que nuestro edificio entero tiemble con respecto a lo que creemos ser y somos.
Otro sesgo que aparece cuando nuestro razonamiento se da a través de la vía de atajos es la “ilusión de conocimientos”. Ello consiste en creer que sabemos más de lo que en realidad sabemos.
Un ejemplo de ello: Si compartimos información errónea sobre cómo tirar la cadena del WC, no traerá ningún problema; pero sí es peligroso difundir información sobre el funcionamiento de las vacunas (tanto a favor o en contra) sin saber con exactitud de lo que realmente se habla.
Desacreditar a quien piensa de otra manera
Aquella persona con creencias que están ligadas a fuertes sentimientos buscará el apoyo social. Esto quiere decir que apoyará a aquellos que tengan sus mismos pensamientos y desacreditarán a las personas que piensen de manera diferente, aun teniendo pruebas para demostrarlo.
Este sesgo es más propenso a aparecer en situaciones donde un tema está calando fuerte en el pensamiento popular, como por ejemplo la política o la pandemia reciente que estamos viviendo. Es aquí donde la persona razonará mirando a la fuente, o a quien compartió la información; es decir, utilizando atajos.
En consecuencia, se implanta un principio de “refuerzo social”. Con lo cual, se crea información fraudulenta que lleva a las personas a creer en bulos, cayendo a su vez en la falsa ilusión de que es una noticia que varios han compartido. Pero la realidad es que, en muchos casos, quienes lo han compartido son bots.
Estos factores no son los únicos por los que creemos en bulos, sin duda hay otros que pueden explicar el porqué creemos en un bulo, mientras tachamos de falsa una información que es veraz.
En resumen, el problema de las fake news es que la desinformación llega a afectar la salud pública, política de países, a la deriva ideológica, o al fortalecimiento de opiniones extremistas.
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