Los estudios paleoclimáticos que se han realizado a nuestro planeta han hecho suponer que la Tierra ha sufrido grandes superglaciaciones a lo largo de su historia geológica. A este fenómeno también se le conoce como Tierra blanca o Tierra bola de nieve, ya que casi todo el planeta estuvo cubierto de nieve y hielo.
Estos fenómenos son periodos muy fríos que sufre nuestro planeta cada cierto tiempo, la duración varía entre 40.000 y 10.000 años. Cuando este periodo ocurre, las grandes masas de hielo no se quedan atrapadas en las regiones polares, sino que se extienden por las latitudes más bajas llegando a cubrir casi toda la superficie terrestre.
La última glaciación de la que se tiene constancia terminó hace 12 mil años. En la actualidad nos encontramos en un periodo interglacial, lo cual es un clima favorable.
“Actualmente nos encontramos en una era glacial, nuestro planeta presenta casquetes polares, los cuales no siempre han estado presentes en su historia geológica.”
¿Una glaciación y una era glacial es lo mismo?
Una glaciación es equivalente a un periodo glacial y a una edad de hielo, sin embargo, es incorrecto referirse a una glaciación como una era glacial, ya que esta abarca muchos más años (hablamos de millones de años).
Hoy nos encontramos en una era glacial debido a que la Tierra presenta casquetes polares, lo cual casi nunca ha sucedido en la historia geológica de nuestro planeta. Y en la mayor parte de esa larga historia, los periodos cálidos han sido los más dominantes que los fríos, aunque ha habido periodos fríos que han sido muy destacados.
La herramienta con la que los científicos se encargan de medir el clima y los cambios climáticos que ocurrieron en el pasado se llama Paleoclimatología. Sin embargo, este método se basa en estudiar una gran cantidad de técnicas de datación, y no está libre de dificultades.
Conocer el comportamiento del clima de hace millones de años de nuestro planeta es necesariamente especulativo. Por consiguiente, tenemos la teoría que establece que nuestro planeta ha estado cuatro veces cubierta de hielo y nieve en su totalidad o casi totalmente. Como consecuencia, a estos episodios se les conoce también como Tierra blanca o Tierra bola de nieve.
Estos fenómenos casi acaban con la vida en la Tierra, ya que la temperatura media global pudo haber descendido por debajo de los -50 ºC.
Se ha datado que estas cuatro superglaciaciones han ocurrido en un largo periodo entre los años 800 y los 550 millones de años antes de nuestra era, en un periodo llamado Criogénico.
La Tierra bola de nieve y sus tres modelos
Hay tres modelos del fenómeno ‘Tierra bola de nieve’. Al primer modelo se le conoce como “oasis tropical”, aquí la Tierra no se encuentra totalmente congelada, y mantiene grandes masas de agua oceánica líquida.
Al segundo modelo se le llama “mar tropical”. En este periodo, la única parte que no está cubierta de hielo es una estrecha franja del océano en la zona ecuatorial.
Y, por último, tenemos el tercer modelo, este es el que más se ajusta a una superglaciación, ya que tanto las superficies terrestres como las continentales y oceánicas se encuentran cubiertas de hielo totalmente, y solo se mantuvo agua líquida en el fondo de los océanos.
Un hecho que sucedió hace 700 millones es el que más parece ajustarse a este modelo de superglaciación; siendo así que tanto este evento como otros que ocurrieron en el Precámbrico Superior (como también en épocas anteriores) desencadenaron a una disminución en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, con el CO2 y el metano a la cabeza.
El enfriamiento de la Tierra generó que se formaran grandes cantidades de hielo, haciendo que cada vez refuerce más la presencia del enfriamiento.
Cuando la superglaciación llegó a su fin, había presencia de hielo en muchas zonas terrestres, excepto en los reductos de las aguas tropicales. Por su lado, la actividad volcánica, al emitir aerosoles y grandes cantidades de CO2, reforzó el efecto invernadero, con lo cual la temperatura de la Tierra se elevó.
Mientras se sigan estudiando estos fenómenos, conoceremos más sobre la historia geológica de nuestro planeta y quizá más adelante existan nuevos estudios paleoclimáticos que ayude a reforzar esta teoría o a eliminarla.
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