La dermatóloga Andrea Combalia explica en su libro de Piel sana in corpore sano que existen ingredientes los cuales tienen un efecto real en la reparación y protección de la piel.
De acuerdo con la especialista, para elegir el producto apropiado se debe hacer en base al tipo de piel, al estado en el que esta se encuentra y el resultado que queremos obtener.
Para Combalia es muy importante seleccionar cuidadosamente no sólo los ingredientes que estos posean sino también la presentación de los productos para poder evitar errores. Por ejemplo: si tenemos la piel seca, el ácido glicólico a baja concentración y en formato crema nos ayudará a hidratarla; en cambio, si se encuentra a mayor concentración y en formato gel, su uso se aplicará en pieles con acné, señala Combalia.
Siete aceites contra el envejecimiento
- Alfa y Beta hidroxiácidos: Son moléculas ácidas que aceleran la renovación de las células, realizando una exfoliación superficial de la piel sin necesidad de fricción. Se encuentran: los alfahidróxiácidos (AHA) como el ácido glícolico, el mandélico, el málico, el tartárico y el láctico de Lactobacillus.
- Retinoides tópicos: Aquí se encuentra el ácido retinoico o tretinoína, que repara la firmeza de la piel al estimular la generación de colágeno y elastina. También reduce la secreción de grasa y además tiene afectos antioxidantes. Aunque este medicamento sólo se vende bajo receta médica.
Para uso común está el retinol, aunque sus efectos sean más atenuados es igualmente útil para combatir los signos de la piel. Sin embargo, ambos deben aplicarse por la noche y no se deben usar durante el embarazo y la lactancia.
- Vitamina C: Es un aliado en reparar los daños causados por los radicales libres, interviene en la producción de colágeno y elastina, previniendo y alisando finas líneas de expresión.
- Ácido hialurónico: Este ingrediente lo produce nuestra piel naturalmente, sin embargo, en el proceso de envejecimiento su presencia disminuye y como consecuencia nuestra piel pierde firmeza y elasticidad. Por eso se ha convertido en un producto muy solicitado para combatir los efectos de la edad. Se puede inyectar directamente en la zona a tratar, rellenando e hidratando la piel.
- Ácidos azelaico: Ayuda al tratamiento del acné y la rosácea gracias a sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antiseborreicos. Se obtiene de cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Puede servir como exfoliante alternativo a los retinoides.
- El ácido kójico: Este ácido proviene del hongo koji, en Japón era usado tradicionalmente para la producción de sake, miso o salsa de soja. Como cosmético se usa como despigmentante y antioxidante.
- Aceites vegetales: Aquí se encuentran los aceites de rosa mosqueta, de borraja, de jojoba, de onagra o de argán, así como el de almendras, aguacate, sésamo o macadamia. Estos aceites se obtienen mediante presión en frío y contienen ácidos grasos insaturados como los omega 3, 6 y 9. No se deben confundir con los aceites esenciales, ya que estos se obtienen mediante otro proceso, por eso no se deben aplicar a la piel sin supervisión médica.
De acuerdo con la dermatóloga, a pesar de que el aceite de coco se obtiene mediante presión en frío, no se debe aplicar sobre el rostro porque es comedogénico y puede favorecer a la aparición de acné.
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