Este tubérculo es altamente energético, tiene excelentes propiedades nutritivas gracias a su contenido en vitaminas, minerales y compuestos orgánicos esenciales.
Pero para gozar mejor de las propiedades que nos ofrece este alimento es mejor evitar comerlas siempre fritas. Existen muchas recetas saludables con patatas fáciles de preparar, así no pasaremos horas en la cocina, además poder evitarnos también caer en el aburrimiento de consumirlas siempre de la misma manera.
Propiedades nutricionales de las patatas
- Es un alimento que no contiene gluten.
- Contiene minerales como potasio, hierro, fósforo y calcio.
- Poseen vitaminas C, A, B y vitamina P (bioflavonoides), esta vitamina ayuda a nuestro sistema circulatorio a evitar cuadros hemorrágicos, trombosis, embolias y varices.
- Contiene mucha agua, ente un 70% y 80%.
- Contiene un 17% de almidón, siendo una gran fuente de carbohidratos naturales.
Beneficios para la salud
- Es antioxidante, anti-inflamatorio y anti-cancerígeno.
- Al ser un alimento saciante, facilita los procesos digestivos.
- Fortalece el sistema inmunológico evitando enfermedades comunes.
- Promueve un adecuado funcionamiento del cerebro.
- Ayuda a calmar los síntomas del reumatismo
- Su gran aporte de energía ayuda al rendimiento físico.
- Ayuda al control del peso.
- Puede ayudar a combatir manchas, arrugas, cicatrices, acné y quemaduras.
Algunas advertencias
- Las personas con diabetes y obesidad deben reducir el consumo de este alimento, ya que su índice glucémico es alto.
- Si deseas conservar mejor sus proteínas y minerales no peles las patatas antes de cocinarlas porque perderán la mayoría de sus nutrientes.
- Cuando vayas a cocinar patatas hervidas, hierve primero el agua y después agrégalas, así reducirás el tiempo de cocción manteniendo su contenido de vitamina C.
- Consumir patatas fritas no es la mejor opción, ya que el 75% de la vitamina C se pierde.
La popularidad de la papa
La papa, o patata (como es llamada en Europa), es un tubérculo muy popular en todas las cocinas del mundo, ocupando el cuarto lugar entre los cultivos más comercializados internacionalmente, después del maíz, el trigo y el arroz.
El poeta chileno Pablo Neruda incluso le dedicó una oda a este tubérculo:
“Papa te llamas; papa y no patata, no naciste castellana: eres oscura como nuestra piel, somos americanos, papa, somos indios”.
Actualmente consumimos este alimento de diferentes maneras, patatas asadas, puré de patata, patatas fritas, e incluso los italianos inventaron con ella los ñoquis.
Origen
Este tubérculo es de origen andino. Fue cultivado en el sur de lo que hoy es Perú hace 8001 y 5000 a. C. ¡Llevamos casi 10.000 años cultivando este alimento! Solanum tuberosum es el nombre científico que se le da a la papa.
La cultura Mochica (cultura peruana pre-colombina) representó a este tubérculo en una cerámica antropomorfa.
El antropólogo F. A. Engel, en 1970 halló en el sur de Lima (Perú) papas fósiles, y la antigüedad las databa de hace 7.000 años. Otro hallazgo más reciente, en el sur de Perú, fueron restos microscópicos de papa en antiguas herramientas para moler, las cuales datan de 3400 a. C. de acuerdo con una publicación por arqueólogos de la Universidad de California en Proceedings of the National Academy of Sciences.
El Inca Garcilaso de la Vega (considerado el primer mestizo de ascendencia hispano-incaica), en uno de sus relatos dio a conocer cómo el pueblo incaico consumía este alimento:
“Tienen en primer lugar, la que llaman papa, que les sirve de pan, la comían cocida y asada y también la echan en guisados. Pasada por el hielo y el sol para que se conserve. La llaman chunu”.
Garcilaso se refería en su última palabra al chuño, que el resultado de la papa deshidratada. Este método lo utilizaban para conservar la mejor papa.
Introducción de la papa en Europa
Cuando los españoles conquistaron el Imperio del Tahuantinsuyo en 1532, confundieron a este tubérculo con la batata, y así fue cuando nació el nombre de “patata”.
También otra teoría cuenta que no la confundieron con la batata, sino que decidieron evitar llamarla “papa” porque podría significar una ofensa para el Papa, máximo representante de la Iglesia Católica.
Lo que aún no se sabe con certeza es a qué país europeo llegó primero, ya que había dos vías a Europa; la primera por Irlanda, Inglaterra y los Países Bajos, y la otra en Portugal, España, Francia e Italia.
En España se dice que este alimento empezaron a consumirlo en el siglo XVI, pues así lo asegura un romance del poeta español Luis de Góngora:
“Llevémela a mi posada,
Hícela poner la mesa,
Y asentéme yo a los pies
Y ella a la cabecera.
Y púsele por principio
Dos ciruelas amacenas
De las que tengo colgadas;
Para dar a las enfermas;
Luego, un pastelón hechizo
Con una caña y dos yemas,
Y por postre una patata
Con dos limas de conserva.”
Un detalle curioso es que en las Islas Canarias y algunas partes del sur de la península hispánica sus habitantes conservan su nombre original “papa”.
En Irlanda se empezó a cultivar la patata a principios del siglo XVII, y fue el alimento ideal para toda su población puesto que esta isla estaba siendo azotada por la pobreza.
Francia fue quizá el país que más se resistió a su consumo, la patata no gozaba de buena fama y los clérigos decían que “la Biblia no las mencionaba y por tanto Dios no las quería”. Mientras sus herbolarios las asemejaban con las manos de un leproso.
Pero todo cambió cuando Antoine-Augustin Parmentier, científico francés, se encargó de fomentar los beneficios de la patata. Y en 1785, durante un banquete les obsequió a los reyes franceses un ramo de flores de papa; la reina María Antonieta quedó encantada con las flores, tanto que las cultivó en su jardín. Y aquel hecho hizo que la papa fuera aceptada por fin por la aristocracia.
Hoy se consume la patata en todo el mundo.
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